lunes, 28 de abril de 2008

Crónicas sobre la mesa de luz



SEAN BIENVENIDOS A ÉSTA, MI MESA DE LUZ, DESDE DONDE INTENTARÉ EXPRESARME.

Vacilando frente al espejo, la mañana gris me impulsó a escribir, pero claro, necesitaba los lentes que quedaron en mi mesa de luz, seguramente los habré dejado anoche después de considerarme derrotado frente al cansancio de una lectura furtiva (y al insuficiente aumento de mis lentes jeje).
Y comencé entonces. No sabía exactamente de que hablar, pero estaba decidido, atrapado, tal vez hipnotizado sea la palabra, y probablemente asi lo fue, ya que me sorprendió el silbido de la pava... el agua hervía y yo ni siquiera me habia dado cuenta que somnoliento la habia puesto a hervir.
Fue entonces cuando recordé lo que Sábato me decía en mi lectura nocturna: "...Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han sido salvando la vida, incesamente..."
Después de recordar ese párrafo confieso haber sentido miedo, un miedo muy primitivo, a la soledad, al abandono, miedo a la perfieria del "yo", el cual me torturaba, de verdad. No quiero decir con ésto que padezco de algún tipo de incomunicación con el mundo, pero si muchas veces fui carente de ganas de dialogar, de saludar (¿por que no?), en fin, fui carente de ganas de que me salven la vida (segun esta concepción anteriormente expuesta).
Pero afortunadamente y gracias a Dios puedo decir que tengo amigos, tengo personas con quien comparto charlas, música, comidas, mates o alguna que otra bebida venidera, y no me avergüenza declarar que son ellos los que me ponen de pie frente al mundo.
Es asi, soy conciente que tal vez no dije nada, que tal vez Sábato lo dijo por mi. Estoy feliz por eso!

Hoy 28 de abril es el día del repuesto automotor. También es el día en que decidí concientemente salvar y dejar que me salven...

...salvémonos